martes, 31 de julio de 2012

SALUDO DEL COMITÉ DE BASE “ORLANDO FALS BORDA” – PDA DE RISARALDA A LA CONFERENCIA IDEOLÓGICA NACIONAL



El  Comité de trabajo político y social de base "Orlando Fals Borda" - PDA de Risaralda, saludan con beneplácito la organización de este importante y decisivo evento.

Es así como invita a un análisis serio, profundo, tozudo y basado en la grandeza política, intelectual y de sentimientos por la prevalencia del partido, por parte de todos los asistentes a este recinto. Apostamos por un Polo Democrático Alternativo fuerte, consolidado, no sólo de cara a momentos coyunturales del país; sino a las necesarias e imperativas transformaciones que demanda la realidad nacional.

Por esta razón esperamos que los temas que han sido de acalorado y amplio debate sean superados en este congreso; y que las necesarias posturas de los diferentes miembros del partido logren por fin congregarse en torno a la verdadera esencia de la unidad del partido, pues no se puede pretender ser opción de poder en tanto no resolvamos aquellas diferencias que nos vienen desgastando desde nuestros orígenes; y aquella fraternidad que promulgamos a las bases, no la practiquemos con sinceridad a nuestro interior.

Creemos firmemente en la voluntad política de los diferentes actores y delegados para reorientar de manera victoriosa al partido, pues el Polo Democrático Alternativo no puede seguir siendo visto como una organización de corto aliento, por parte de algunas personas y organizaciones que se han congregado en torno a esta propuesta de unidad de la izquierda democrática; pero que en su interior sólo buscan espacios coyunturales de camuflaje, para aspiraciones particulares sin compromiso real con las reglas de juego que aquellas aceptaron e incluso promovieron en el momento de los acuerdos.  El partido es una estructura de poder de cara a los intereses genuinos del pueblo colombiano y con la capacidad de impactar en la realidad interna y latinoamericana.

Si bien es cierto que la realidad actual del pueblo colombiano, de América y del mundo;  hacen más actuales que nunca las tesis de la izquierda; no menos cierto es que desde los albores de la revolución rusa a nuestra época, las formas de comprensión del mundo, la dialéctica de las generaciones y las expresiones simbólicas, han evolucionado, de forma tal que a los nuevos habitantes de este país y de este planeta, debemos abordarlos con nuevas estrategias comunicacionales, con nuevas formas lingüísticas, con el manejo de elementos semióticos modernos, con nuevas prácticas en la relación con los movimientos sociales, estudiantiles, trabajadores, cívicos y demás. El Polo necesita ser un partido ágil, que responda con rapidez a los reclamos de la sociedad y de sus militantes, que abandone las reacciones paquidérmicas que no permiten respuesta a tiempo ante los problemas de la sociedad.

Y para que todo lo anterior pueda ser una realidad, debemos practicar una real democracia a nuestro interior, sin caciquismos que detengan el avance de las generaciones polistas, que trabajen por sus intereses particulares a costa de los intereses superiores del partido y sus militantes, sin la práctica del centralismo que todo lo sabe y todo lo puede, sin clases sociales privilegiadas al interior del Polo, que usufructúan el trabajo de los humildes militantes para mantener sus prebendas personales y las posiciones de poder al interior del partido. La construcción del PDA debe ser de las regiones al centro y con la práctica de una democracia horizontal.

Las prácticas centralistas al interior del Polo han dado al traste con el crecimiento regional, que hubiera posicionado al partido como una opción de poder con mayores posibilidades. Colombia es Polista, pero no lo reconoce porque no se ha fortalecido el liderazgo regional. Los caciques y los caudillos se apropian del sentimiento popular y lo envuelven en maquinarias, impiden su evolución y de ello se aprovechan los explotadores.

Los militantes del Polo no queremos escapar a la explotación y al dominio capitalista, para caer en el dominio y el despotismo de izquierda.

Queremos líderes necesarios en los momentos históricos de cualquier sociedad, pero líderes formadores de más líderes, que mantengan en alto las banderas de la libertad, la democracia, la solidaridad, el amor, la fraternidad y la verdad.

¡Queremos un partido sentipensante!

Bogotá, julio 27 de 2012.
Salón Rojo del Hotel Tequendama.
CONFERENCIA NACIONAL IDEOLÓGICA PDA

lunes, 9 de julio de 2012

Deroguemos ya la Ley 100 de 1993


Por: Carlos Mario Marín Ossa*

En Colombia la Ley 100 de 1993 ha matado más compatriotas, que los caídos en medio del conflicto armado desde el mismo año. Es una verdad de a puño. Todos los ciudadanos nos quejamos por la mala calidad del sistema de seguridad social en salud (hay que recordar que también dicha Ley reglamenta las pensiones y los riesgos profesionales), pero no hemos sido capaces de articular un movimiento sólido para obligar al gobierno a cambiar un sistema tan perverso.

En el diseño de la Ley 100 de 1993, participaron los expresidentes Cesar Gaviria Trujillo, Álvaro Uribe Vélez y el actual, Juan Manuel Santos Calderón. El ministro de salud en ese momento era el fallecido Juan Luis Londoño de la Cuesta, quien luego fue también  ministro en el primer gobierno de Uribe.  Todos con intereses en el negocio.

Esta Ley es perversa por la conjugación de muchas razones entre las cuales se encuentran las siguientes:

1.    Fue una reforma desarrollada por colombianos de las clases ricas del país (pensando en el negocio que establecerían y que efectivamente establecieron), que siguieron los lineamientos del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y del Consenso de Washington; instituciones que no buscan el bien del país y sus gentes, sino que impulsan y obligan políticas nacionales que beneficien la actividad económica de transnacionales y corporaciones de los países de origen, de los dirigentes de las mencionadas instituciones.

2.    Porque 18 años después, ninguno de los postulados incluidos en ella se cumplen, tales como proveer servicios de calidad a todos los habitantes sin importar su capacidad de pago, protección integral, digna y humanizada, cumplir con los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad; o los  derechos consagrados en la Constitución Política en los artículos 48 y 49 que garantizan la atención en salud como un servicio público a cargo del Estado.

3.    Porque nace como un esquema de competencia “regulada” donde existen incentivos de mercado para la prestación de los servicios de salud; lo que quiere decir se rige por el ánimo de lucro en donde lo importante son las ganancias monetarias y no las ganancias sociales de tener una población sana y bien atendida.

4.    Porque sus impulsores, hacen parte de una casta económica que legisla en favor de sus intereses particulares y no pensando en el bien de toda la población colombiana. Ello se ha visto a través de estos años, cuando se descubren casos como el del grupo empresarial Saludcoop (Saludcoop EPS, Cafesalud y Cruz Blanca) el cual destinó dineros públicos de la salud para construir edificaciones y centros vacacionales con intereses privados de sus dueños y administradores, en tanto que miles de colombianos se morían por falta de atención. Además de ello se dedicó este grupo (al igual que otros) a cobrar los medicamentos y otros servicios hasta por un 200% más caro del promedio. En este grupo empresarial, aparece involucrado uno de los flamantes expresidentes, sin que a la fecha haya claridad al respecto.

5.    Porque la creación de las EPS se justificó sobre la idea de que se iba a mejorar el servicio, se disminuirían los gastos, se ampliaría la cobertura entre otros.  Pues bien, en 1993 el gasto total en salud en Colombia era de 3,26 billones de pesos y para el año 2009 ascendía a 34 billones de pesos (un incremento del 1000%), sin que la calidad haya mejorado (antes bien es muy deficiente) y la cobertura debe ser lógicamente mayor, ya que la población también ha aumentado. Para el año 2011 el 25% del dinero que financia el sistema de salud, corre por cuenta de los aportes de los trabajadores y el resto se cubre con dinero público. La administración del sistema de salud pasó en 1993 de 6,7% del gasto de la Nación a un 15% en 2011; y de acuerdos a diversos estudios, las EPS se quedan como ganancia con el 30% de los recursos de la salud en Colombia.

6.    Porque además de todos los males que ha inflingido a la población colombiana, al no garantizar el acceso efectivo a la salud en todos los niveles, incluida la promoción y prevención (que es más económica que la atención del paciente cuando ya está enfermo, pero que en el último caso es donde está el negocio, ya que el enfermo demanda medicamentos, exámenes, camas, personal, hospitales, alimentación, sábanas y demás); ha limitado hasta el absurdo la autonomía médica y ha convertido a los profesionales y trabajadores de la salud en mercenarios unas veces y en esclavos las más; al trabajar mediante contratos sin garantías laborales plenas y sin ninguna estabilidad.

7.    Porque el sistema de salud con la Ley 100, se construyó como una salida a la crisis del sistema financiero nacional e internacional; a los banqueros y aseguradores se les entregó la responsabilidad de administrar los recursos que deben garantizar la vida, la salud y la dignidad de los seres humanos que habitan Colombia. Es bien sabido que los dueños del sector financiero no se caracterizan por trabajar por el bienestar social, sino por el logro de sus ganancias aunque se deba sacrificar cualquier otro interés.

Si se necesitan ejemplos cercanos, basta con mirar las largas filas de pacientes que se agolpan a las puertas de los hospitales Santa Mónica y San Jorge en Dosquebradas y Pereira respectivamente, sin que logren ser atendidos con todo el rigor en cuanto a calidad, celeridad y efectividad se refiere. También encontramos los casos de aquellos que cotizan a las EPS tales como Nueva EPS, Saludcoop y demás en el área metropolitana y que pese al dinero que aportan no tiene la garantía de un servicio adecuado y oportuno; en tanto que deben acudir a la tutela, para que les sean respetados sus derechos. El personal médico y asistencial, administrativo y de servicios generales de los centros hospitalarios y de salud, son contratados por pocos meses y tratados sin respeto a sus calidades intelectuales, profesionales, éticas, morales y humanas. Un caso palpable se viene viviendo en el Hospital Santa Mónica de Dosquebradas, en donde se desconocen mandatos de la Corte Suprema de Justicia en lo referente a la contratación y siguen siendo manoseados en intimidados por los administradores. Todo hace parte del mismo plan de enriquecimiento por parte de los dueños reales del sistema de salud.

Es hora entonces de comenzar seriamente un movimiento nacional que obligue a la derogación de la Ley 100 de 1993 y que aísle políticamente a los gobernantes que se empecinan en hacerse los de la vista gorda ante el sufrimiento de los colombianos y los desmanes los propietarios del “negocio” de la salud. No esperemos hasta tener en nuestra casa un muerto de Ley 100 para decidirnos a tumbar el sistema perverso.


Movimiento de apoyo nacional impulsado por el Comité de trabajo político y social de Base “Orlando Fals Borda”-PDA





@MarioossaM                                       
www.opinadorglobal.blogspot.com              

 

martes, 3 de julio de 2012

EL MUNDO ESTÁ INDIGNADO



Por: Ana Lucía Marín Escudero.

El  francés Stéphane Hesse de 94 años, con su escrito “¡Indignaos!” , fue quien motivó al mundo a movilizarse , en contra de los  modelos económicos y los regímenes que han implantado la desigualdad social , la desesperanza, la violencia,  la corrupción y todos los vejámenes para una sociedad que ya se cansó de esta deprimente situación

Las calles del mundo están  llenas de  indignados pues lo están los  jóvenes profesionales, empresarios, trabajadores, estudiantes y gente del común, que  ven cómo crece el desempleo, peligran sus ahorros, sus jubilaciones, sus viviendas a crédito que no  pueden cancelar; en una crisis sin fondo. Pero no sólo se están indignados  los pobres y clases medias, también algunos acomodados  y profesionales en Europa  y el Medio Oriente  se manifiestan con ardor, exponen sus vidas y enfrentan la represión, y a  los bancos y poderes nacionales e internacionales que deciden desde la oscuridad sobre el destino de todos, y la riqueza de los pueblos, pues también se sienten afectados.

Lo único cierto es que está latente el inconformismo de grandes sectores de las sociedad que se sienten defraudados, utilizados, manipulados, por los politiqueros y especuladores que al amparo de la democracia o de dictaduras crueles  se enquistan en el gobierno, siempre al servicio del Régimen.

LOS INDIGNADOS DE COLOMBIA.

Son millones los colombianos y colombianos que estamos indignados pues sufrimos con más intensidad los atropellos del régimen y sus gobiernos, que los europeos y orientales.

Tímidamente y por sectores manifestamos nuestra indignación: lo hacen los docentes, en defensa de sus derechos y en favor de la educación pública, lo  hacen los trabajadores de la salud, lo hacen los universitarios y estudiantes, lo hacen las madres comunitarias, lo hacen los transportadores, lo hacen los defensores del medio ambiente, los militares retirados, los trabajadores del Estado, los cafeteros etc…etc…etc. Las protestas se extiende de oriente a occidente y de norte a sur, todos los días y en todas  las horas, pero de una manera individualizada. Es necesario que busquemos una unidad, con la certeza  que el problema de cada sector, de cada gremio, de cada grupo sea sentido por todos y buscar así no beneficios individuales si no  para todos los nacionales, en una Colombia donde el bienestar y la paz sean nuestra cotidianidad.

Nadie debe ser indiferente ante la difícil situación que atraviesa el planeta, pues colaborar en la construcción de un mejor mundo es principio de verdadero amor.