“Al sur la represión, al norte la depresión.
La moda del norte, moda universal, celebra al arte neutral
Y aplaude a la víbora que se muerde la cola y la encuentra sabrosa.
La cultura y la política se han convertido en artículos de consumo.
Los presidentes se eligen por televisión, como los jabones,
y los poetas cumplen una función decorativa.
No hay más magia que la del mercado, ni más héroes que los banqueros.
La democracia es un lujo del norte.
Al sur se le permite el espectáculo, que eso no se le niega a nadie.
y a nadie molesta mucho, al fin y al cabo,
que la política sea democrática, siempre y cuando la economía no lo sea.
Cuando cae el telón, una vez depositados los votos en las urnas,
la realidad impone la ley del más fuerte, que es la ley del dinero.
Así lo quiere el orden natural de las cosas.
En el sur del mundo, enseña el sistema, la violencia y el hambre
no pertenecen a la historia, sino a la naturaleza,
y la justicia y la libertad han sido condenadas a odiarse”
(Eduardo Galeano, “El Libro de los Abrazos”)
El comité de trabajo Político y social de base "Orlando Fals Borda", presenta a la ciudadanía nacional e internacional un documento previo al definitivo, en el que se realizan consideraciones de lo que debe ser según su postura un nuevo camino para garantizar el fortalecimiento del PDA como organización política y como estandarte de la institucionalidad democrática Colombiana y Americana. Este documento sobre la base de las consideraciones debatidas al interior de nuestra organización en recientes reuniones y escrito por el Licenciado Mario Acevedo Marín, presidente del Comité Orlando Fals Borda. Próximamente entregaremos para el conocimiento general el documento definitivo que presentaremos en el marco del congreso ideológico en los diferentes niveles territoriales y como un aporte al debate planteado al interior del Polo y del país.
I. ¿PARA DÓNDE VAMOS?
Fijar el punto de llegada para el presente análisis creo que debe ser el orden lógico y asunto nodal para establecer un diálogo asertivo como constructivo inicialmente entre nosotros. Fijar la meta y hacerla común en el grupo del comité de base como del partido nos permite aclarar de entrada los términos de una discusión que de otra manera nos resultaría insulsa por decir lo menos cuando no bizantina, que es a lo que se ha reducido el debate político de la izquierda y el progresismo en Colombia.
Permítannos proponerles como meta de llegada LA CONSTRUCCIÓN DE LA NACIONALIDAD COLOMBIANA. Colombia no es una nación es simplemente un territorio donde están asentados una serie de pueblos y culturas centralizadas por un mando político y administrativo que por años se ha empeñado en mantener una UNIDAD nacional alrededor de unos intereses oligárquicos firmemente vinculados a las políticas y economías de las potencias imperiales de turno y que en suerte nos tocó la norteamericana. La caracterización del estado colombiano ha sido el asunto temático del discurrir de la izquierda; y de cómo se concibe éste se diferencia la intencionalidad política de los distintos grupos o facciones partidarias del movimiento político popular. ¿Somos un capitalismo atrasado, deformado, obsoleto con remanentes feudales en las relaciones de producción articuladas al capitalismo específico el que a su vez nos vincula al mundial? Sea cual fuere la respuesta lo único cierto que podemos decir, con temor a estar equivocados, es que aún no somos una nación y que ésta está por construirse. Pero fácilmente asalta la duda de si es el marco estrecho de nuestra territorialidad la que garantice la posibilidad de dicha configuración, pues nuestros pueblos se hermanan con los del Ecuador, Venezuela para hablar de los más cercanos y sobre todo, de lo que fuera históricamente la Gran Colombia.
Construir la nacionalidad colombiana pasa por identificar los rasgo culturales que nos son comunes, los valores socio culturales que nos identifiquen que nos hagan sentir como un solo ente, pero que dada nuestra diversidad cultural nos resulta un poco difícil precisar dichos rasgos, así que sigue siendo válida la idea de ser una sociedad multicultural, un país de regiones que implica un ordenamiento territorial que se corresponda con este criterio: Un país federado en regiones, con autonomía administrativa y política, centrado en una política nacional de estado que sirva como instrumento protector de las autonomías y la regulación de la economía entre las regiones conduciendo la economía de bienestar social, generando acciones que propendan por equilibrar las profundas desigualdades sociales por la acumulación indebida de la riqueza generada por el trabajo de la inmensa mayoría del pueblo colombiano.
Un proyecto político que se proponga esta meta tendrá que colocarse en los términos de un gran educador y generar un potente liderazgo para generar procesos de construcción de valores éticos, culturales, estéticos, científicos a partir de los acumulados históricos de nuestra corta existencia como república supuestamente independiente y el legado de la humanidad a través de los intercambios multilaterales de tipo económico, políticos, culturales y científicos.
Vieja discusión entre la izquierda ha sido caracterizar las formaciones sociales y los modos de producción a partir de las tesis socio económicas del marxismo. Entendiendo el Modo de Producción como una categoría abstracta, cuya existencia histórica no es ni absoluta ni pura y que jamás se ha dado en la historia sin tener en su interior otros modos de producción articulados al modelo principal (formas de producción).
Como elemento para la discusión de esclarecimiento de nuestro accionar sostendré la tesis de que el modo de producción predominante en el mundo es el CAPITALISMO en su etapa más avanzada y fase superior que es el imperial y su concentración en el capital financiero y monopólico que articula, con muchos métodos, todos los demás modelos productivos con lo cual se estructura la actual geopolítica mundial.
La caracterización actual de ese capitalismo es que está en una etapa superior y final de su existencia en su forma clásica neoliberal que se halla en crisis terminal y por lo tanto violenta y a la defensiva. Esto se manifiesta en las crisis cíclicas que cada vez acortan sus períodos recesivos y la injerencia violenta y camorrera de su política exterior. Que es lo que ocurre con los países europeos y los mismos Estados Unidos que se mueven en el modelo neoliberal. El gran capital monopólico ha colocado a la sociedad y al estado norteamericano sobre todo, como la gendarmería para proteger sus intereses y garantizar su expansión siendo Israel el estado de avanzada político militar del medio oriente. No excluye esto el papel de la OTAN y la Banca Multilateral
En este contexto se mueve América Latina cada vez políticamente más alejada de esos propósitos y con una fuerte tendencia a profundizar su autonomía y estrechar lazos de solidaridad socio política en la región. Los cambios en la intencionalidad política hacia proyectos económicos más sociales y sostenibles son una luz de esperanza que en Colombia debemos ayudar a consolidar profundizando nuestras relaciones con los pueblos que constituyen estos países.
Construir nuestra nacionalidad exige una contextulización en el escenario latinoamericano pero sobre todo en lo regional: unidad de los pueblos por encima de los gobiernos de turno. Gobernabilidad política orientada a unirnos más allá de los acuerdos de estado, ampliación de las democracias internas, consolidación de pactos regionales como los que ya existen sobre la base de cooperación y la construcción de vocaciones productivas dentro del concepto de la división internacional del trabajo. Somos un potencial productivo agrícola y de producciones de bienes primarios que articulados a los países hermanos podríamos convertirnos en una despensa agrícola y alimentaria del mundo entero como a la vez potenciar a gran escala la producción de oxígeno y las reservas genéticas para la producción alimentaria y de salud del futuro de la región y el planeta.
En lo regional es innegable que nuestra frontera agrícola se reduce cada vez más y la producción se orienta hacia el desarrollo del turismo, como una gran reserva en la cual nuestra fauna y flora, con nosotros a bordo, nos convirtamos en especímenes para ser contemplados por la curiosidad de ciudadanos venidos de los países ricos y vivir del comercio de la propina y del servicio. La producción industrial se recorta, el trabajo formal se desformaliza en lo mejor de los casos y se reemplaza por el del rebusque y el mininarcotráfico. Comercio informal, empleo mitigante a partir de obras de infraestructura contractualizadas por segmentos para generar clientela electoral y rebajar costos de producción, en tanto que los empresarios locales les toca competir con la deslealtad productiva de competidores que violan todas las normas laborales y reciben apoyos financieros sospechosos. Sin contar con la corrupción administrativas abusiva auspiciada por acción y omisión por fuerzas políticas que se reclaman consecuentes y solidarias con los intereses populares.
Todo lo anterior es el panorama que tenemos para llegar a donde pretendemos: CONSTRUIR NUESTRA NACIONALIDAD.
II . ¿DE DÓNDE VENIMOS?
Me refiero al POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO (PDA). Esto también lo tenemos que precisar entre nosotros pues a veces nuestra memoria histórica nos falla y esto suele ser peligroso pues nos lleva a reincidir en los mismos errores de antaño que de tanto repetirlo terminan por volverse un lastre insacudible como un fardo que de tanto cargarlo nos convierten en inservibles paralizándonos para la acción, convirtiéndonos en escépticos morbosos, compulsivos o en rabiosos agitadores convencidos de que nuestros males son el producto de la mala leche de nuestro enemigos y no de nuestros defectos y errores.
Empecemos por decir que tenemos nuestro origen en una vieja idea de unidad del pueblo colombiano desde la época de la UNIR de Gaitán, pasando por todos los movimientos que en este sentido desde el Frente Unido de Camilo Torres hasta lo que hoy somos nosotros (Veamos: ANAPO, UNO, A LUCHAR, UNIÓN PATRIÓTICA, AD – M19, PDI, FSP) y ahora todas esa amalgama de grupos autónomos que constituían dichas unidades pasaron a convertirse en partido político desde el punto de vista formal y no estructural.
¿QUIÉNES SOMOS? Este proyecto partidario se hace sobre bases electorales y no sobre la construcción de organización social y de poder popular. Cuya existencia se debe al reconocimiento jurídico que le den los votos y los umbrales electorales. Partido netamente parlamentarista con una unidad instrumental generado desde las dirigencias de los partidos políticos estos si estructurales e históricamente formados, con centralismo democrático y estructuras de dirección jerarquizada y con militancia de cuadros debidamente disciplinados, para quienes el PDA es un medio para su propio fortalecimiento pues aspiran a ser opciones de poder político efectivo sin necesidad de compartirlo sino con aquellas fuerzas políticas representativas de clase que sería al fin de cuentas con los que se debe acordar un gran pacto nacional que constituyan una gobernabilidad de nuevo tipo democrático tal y como lo conciben dichas fuerzas. (El ejemplo más claro es que mientras para estos sectores en el Polo la conversación de Petro con Santos era una entrega, por el otro lado aplaudían las intenciones de diálogo de las Farc con Santos)
Esta es la razón por la cual, a pesar de la “unidad” del PDA y de su ideario, no ha sido posible articular el movimiento social y éste sigue disperso en donde cada fuerza del PDA moviliza los sectores sociales de su influencia cada vez que se requiera. Allí, en esos escenarios del discurrir popular es donde se hallan los efectos de conceptos instrumentalistas de la Unidad del PDA. Si éste fuera un partido como lo plantea su ideario de unidad sin duda la articulación del movimiento popular sería una exigencia sin la cual sería imposible funcionar.
Los partidos que constituyen el PDA se hacen llamar a sí mismos “tendencias” que no lo son, porque estos son organizaciones de existencia histórica y con estructuras partidarias consolidadas: Dirección centralizada, democracia interna, organismos de base propios, influencia en el movimiento social con cuadros especializados en éstos, sistema organizacional de cuadros disciplinados y con formación conceptual y capacidad política de conducción. Definición estratégica razón de ser de su existencia y presencia política nacional. Con estas connotaciones tenemos que aseverar que el ideario de unidad es no funcional, el proyecto como partido lo es igual, pues cada una de estas estructuras partidarias se deben a su propia dinámica y no a la que se genere desde el PDA, por eso su manera de funcionar lo hacen a través de acuerdos nacionales entre las fuerzas en donde lo regional no es más que el mandato nacional así en ésta la correlación de fuerzas sea diferente y esté en manos de otras fuerzas política que a nivel nacional son minoría al interior del Polo y no tenga representación en el ejecutivo y mucho menos en el parlamento.
Por lo tanto para que el PDA sea una fuerza política real, efectiva en su impacto socio político éste debe ser refundado ya sea para constituirlo en un Movimiento Político amplio de masas, que implica convivir con estas fuerzas y a la vez exigirles respeto a nuestras diferencias sin que ambas partes amarren a la contraparte instrumentalmente. Y en caso contrario de convertirlo en un partido político éstos aparatos partidarios deben desaparecer y organizarse en las estructuras “naturales” del partido que son sus comités de base, su direcciones locales, regionales y nacionales, las consultivas respectivas y con una definición muy clara por el tipo de partido si es de masas o de cuadros, con un fuerte arraigo popular y relaciones democráticas y respetuosas con los pobladores, trabajadores y ciudadanos con los que se hace la construcción de la vida nacional.
En cuanto a nosotros. el Comité de Trabajo Social y Político”, nos identificamos como un organismo celular del PDA que hacemos parte de una tendencia nacional que subyace en el imaginarios social que bien puede hacer parte del PDA como de otras fuerzas políticas y populares que sin militar en el polo son opciones reales de participación política consecuente, democrática y transformacional. Entiéndase el concepto de tendencia en los términos de las ciencias sociales: fuerza, ley, principio objetivo de tipo teleológico que se desplaza hacia un fin inexorable pero que puede regularse consciente e intencionalmente para acelerar el proceso o frenarlo.
¿Cuál ese principio por el que abogamos y que se desplaza inexorable y podemos regular?
La construcción de una sociedad más justa e igualitaria es una ley natural del desarrollo humano, es una búsqueda incesante de la especie humana para alcanzar la felicidad; y cuál es ese principio, ley que nos conduce hacia ese fin: la democracia como forma de gobierno, de conducción, de vida, como principio fundamental de la ética y el respeto por la dignidad del colectivo y el individuo humano, sólo aplicable en la comunidad, en la organizacionalidad en términos de sujetos colectivos en la cual el reconocimiento de lo individual plenamente es posible con la práctica de la democracia.
La democracia entonces la entendemos como la metodología de conducción política para el ejercicio del poder en la cual está garantizada la individuación del sujeto humano, pues el ser humano sólo es tal cuando interactúa con otros seres humanos y con el medio en que éstos existen. La democracia siempre será un punto de llegada que a la vez es un camino que nos conduce a ella misma.
Con el anterior aserto debemos entonces precisar que cuando hablamos de democracia no nos referimos únicamente a la exigencia de derechos a las clases dominantes que sin duda debe seguir siendo una condición para alcanzar nuestros objetivos políticos. Ampliar los ámbitos de nuestra democracia constreñida por la dictadura oligopólico colombiana será un imperativo permanente de nuestro discurrir político, pero no es viable esta exigencia sólo si la referimos a nuestros contrincantes de clase mientras que nuestra propia práctica política y social están ausentes la metodología de democracia verdadera, pues qué sentido tiene exigirle democracia a las clases dominantes mientras que practicamos la misma antidemocracia que le censuramos a aquellas? Así que el talante de nuestro proyecto político que define nuestra identidad debe ser la práctica y la observancia permanente de la democracia, exigiéndola a nuestros oponentes históricos y practicándola en los propios sectores populares en los cuales ésta es una expresión rara de ser pues han convivido históricamente con el autoritarismo de la tradición gubernativa colombiana al que consideran un mal necesario. Así que nuestro partido o lo que hagamos de él debe estar atravesado por la conducción democrática del mismo y el respeto profundo por lo acuerdos democráticamente convenidos.
III. ¿CUÁL ES EL CAMINO?
La construcción de un proyecto político profundamente democrático cuyo núcleo central bien puede ser el PDA y su refundación. Un partido que sea vehículo de construcción de un proyecto de país el cual no puede ser construido con los postulados de una agrupación política específica, debe tener capacidad de convencimiento a amplios sectores sociales, con un programa mínimo que sirva como elemento unificador de un acuerdo nacional que propicie la convocatoria a una nueva Constituyente que propicie una nueva carta constitucional como manifiesto de dicho acuerdo en la cual la soberanía nacional, el respeto por el desarrollo productivo de la nación, la regulación de la economía por un estado social de derecho, relaciones internacionales multilaterales, consolidación de economías regionales con una clara división de la producción. Respeto por las leyes laborales acordadas en los entes internacionales, acuerdos de paz promovidos en el seno de la sociedad colombiana con la participación de todos los actores armados sin que estos sean los voceros de la sociedad civil ni mucho menos reemplazarla, sean los elementos ejes de la misma.
Una política nacional de reconciliación y un proyecto de movilización cultural y educativo que convierta al país en un escenario para el cambio de nuestras costumbres, consolidación de nuestros valores ancestrales, el afianzamiento de la democracia, la participación ciudadana, la investigación científica, la creatividad artística y la consolidación de las regiones como entes administrativos descentralizados y autónomos, defensa del aparato productivo nacional, desprivatización de los servicios públicos fundamentales, protección laboral de los trabajadores y regulación vigilada del sector financiero dentro de la perspectiva de definirnos como una sociedad con vocación agrícola, fortaleza competitiva con cualquiera otra sociedad de la tierra, han de ser el camino que nos lleve a alcanzar la transformación que nos anima a los que creemos que un mejor país es posible.